Los problemas sexuales y eyaculatorios,  enfrentar la “no llegada del hijo deseado” o los primeros síntomas  de la andropausia son trastornos que provocan mucho sufrimiento y baja autoestima. El primer paso para solucionar estos problemas es reconocerlos para poder consultar al especialista.

En algunas patologías particulares del varón, el trabajo conjunto del médico y el psicólogo permite ofrecer al paciente un tratamiento integral donde se abarque todas las posibles causas de su enfermedad.

En los trastornos sexuales el médico es el encargado de reconocer las causas orgánicas que las provocan. No obstante, algunos de los problemas sexuales están originados en la esfera psicológica o bien repercuten en el comportamiento de los pacientes. Es aquí donde el médico solicita la evaluación del paciente en conjunto con el psicólogo.

Es el terapeuta, a través del diálogo, el que  identifica el problema o la situación que  quizás comenzó tiempo atrás y que el paciente no logra reconocer como causante de su dificultad actual.

En la andropausia también puede ser necesario el tratamiento interdisciplinario médico/psicólogo. El envejecimiento se vive por muchas personas como algo negativo  y esto puede provocar un cambio en el estado de ánimo con tendencia a la depresión.  Estas alteraciones emocionales pueden repercutir en la pareja y desencadenar problemas en la relación.

El sentimiento de pérdida de masculinidad y de potencia sexual puede dar lugar a una baja autoestima y a la pérdida de confianza.

Muchas veces es difícil advertir que los cambios en la andropausia son solo por déficit hormonal. Por lo tanto, si tras la instauración del tratamiento hormonal sustitutivo dichos síntomas persisten, también es aconsejable la asistencia psicológica.

La infertilidad es una enfermedad silenciosa y su padecimiento repercute directamente en la vida psicosocial de los varones con deseo de paternidad.

Un hijo para un hombre significa desarrollar sentimientos de protección y de hombría, es el momento donde  se convierte en adulto y satisface parte de los mandatos sociales.

El no poder tener hijos, crea sentimientos de inferioridad donde muchas veces es necesario, además del tratamiento médico de su patología, la asistencia psicológica para enfrentar el problema.